Vivimos en una era de tecnología puntera, con ingenios que podrían tener gran repercusión en la sociedad, como es el caso de los biobots o de la más que mencionada inteligencia artificial. Sin embargo, en el pasado, por ejemplo, en la época del Imperio Romano, hubo inventos realmente curiosos y sorprendentes, como la nevera que te mostraremos a continuación.
La noticia ha saltado a la luz pública a raíz de un comunicado publicado a través de la agencia de noticias Nauka w Polsce. La noticia nos habla de cómo se ha descubierto un sistema novedoso para mantener bebidas y alimentos frescos en el antiguo Imperio Romano.
El profesor Piotr Dyczek, arqueólogo del Centro para la Investigación de Antigüedades del Sudeste de Europa y perteneciente a la Universidad de Varsovia, ha anunciado un descubrimiento realizado en la ciudad búlgara de Svishtov, en el yacimiento arqueológico más conocido como Campamento Novae.
A mitad del siglo I a.C. este campamento fue fundado en territorio búlgaro, con una extensión de casi 20 hectáreas. Durante años se han ido hallando diferentes tipos de edificaciones y de monumentos, incluyendo la sede central del campamento, el hospital de los legionarios y sus famosas termas romanas.
Sin embargo, el descubrimiento que nos ha llamado la atención en esta ocasión ha aparecido en una zona de barracones de tierra y madera del Campamento Novae, que ha sido asociado con la Legio VIII Augusta, que fue la primera en asentarse en ese lado de la frontera del río Danubio.
Anteriormente, se había descubierto que en estos barracones se ocultaba en el suelo una especie de contenedores creados con un revestimiento de cerámica, tal y como has podido ver en la primera publicación que te hemos mostrado. Sin embargo, este año un nuevo hallazgo permite darle sentido a ese curioso espacio bajo los pies de los soldados romanos.
Las excavaciones de este año han desvelado que tras la improvisada nevera se escondía una tubería de plomo por la que el agua discurría y que permitía que dicho contenedor pudiese mantener frescas las bebidas y alimentos que se colocasen en su interior. Según las declaraciones del profesor Piotr Dyczek:
Junto con la tubería de plomo, un contenedor fabricado con cerámica estaba colocado en el suelo, para que la tubería pudiese transcurrir en su lado más largo. Este es un antiguo frigorífico, uno más de los que hemos descubierto, pero esta vez con enfriamiento adicional. En su interior, había fragmentos de recipientes para beber vino, cuencos y huesos de animales. Esto nos permitirá recrear la última comida.
Escrito por: Ramón Roca – El Periódico de la Energia
El pasado lunes 26 de febrero Google estrenará su nueva sede de Nueva York en St. John’s Terminal. La nueva estructura se construyó sobre la terminal ferroviaria original de la década de 1930 que sirvió como punto final de lo que ahora es High Line.
Las vías expuestas a lo largo de la fachada norte hacen un guiño a esta historia, mientras que el diseño sostenible y los espacios de trabajo innovadores se centran en el futuro. “Este edificio representa nuestras últimas ideas sobre cómo podemos trabajar mejor junto con nuestros clientes, socios y entre nosotros”, señala el gigante tecnológico.
Más de 14.000 empleados de Google ahora consideran a Nueva York su hogar, frente a los 7.000 empleados en 2018, cuando anunciaron por primera vez su participación en el proyecto. “No sólo hemos cumplido nuestra promesa de duplicar nuestra fuerza laboral en Nueva York durante la década posterior a ese anuncio, sino que lo hemos hecho en la mitad de tiempo. Es un testimonio de la vitalidad de Nueva York, su diversidad de talentos y sus instituciones de clase mundial que nos mantienen arraigados aquí”, explica Sean Downey, presidente de Google América y Negocios Globales.
La compañía ha trabajado para asegurar que las oficinas de Google en Nueva York mejoren las comunidades donde operan en lugar de sobresalir sobre ellas. Una de las formas en que lo hacen es adaptando edificios históricos para reutilizarlos en nuestras oficinas, como sucede también en Pier 57 y Chelsea Market.
La estructura original de la terminal St. John’s sirve como base de nuestra nueva oficina, pero eliminaron la parte que se alzaba sobre la calle Houston, eliminando un túnel oscuro y restaurando la conexión entre el vecindario de Hudson Square y el paseo marítimo.
Se proyecta que la adaptación de la estructura y los cimientos existentes ahorrará aproximadamente 78.400 toneladas métricas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono en comparación con la creación de una nueva base estructural. Esto equivale a retirar aproximadamente 17.000 automóviles de las carreteras durante un año.
El edificio tiene más de 6.000 metros cuadrados de vegetación a nivel de la calle, en jardines de vías y en terrazas, redefiniendo lo que significa “espacio verde” para la ciudad de Nueva York.
“Esto no sólo mejora la experiencia de los ocupantes sino que también beneficia a la ecología local”, dice Downey.
Más del 95 % de las plantas exteriores de la terminal St. John’s son nativas del estado de Nueva York, lo que reintegra el edificio al sistema local. Trabajando con NYC Audubon, han observado más de 40 especies de aves utilizando el hábitat creado en la terminal de St. John, incluidas aves que se abastecen de agua y alimentos para un vuelo migratorio transatlántico.
St. John’s Terminal ha recibido el estándar de construcción ecológica LEED Platinum y es impresionantemente eficiente desde el punto de vista energético. Su gran conjunto de paneles solares reduce el consumo de energía de la red, mientras que se capturan hasta 92.000 galones (casi 350.000 litros) de agua de lluvia para riego. El proyecto también utilizó madera recuperada del paseo marítimo de Coney Island después del huracán Sandy.
La realidad es que ya en 2019 se encendieron las alarmas cuando un artículo científico estimó que una sesión de entrenamiento de un modelo de lenguaje muy popular en esa época emitía tanto CO₂ a la atmósfera como cinco automóviles a lo largo de su vida útil.
Con la reciente aparición de los grandes modelos de la IA generativa, como ChatGPT, el debate en torno al consumo energético de estos algoritmos no ha hecho más que intensificarse. Investigadores de la Universidad de Copenhague calcularon que una única sesión de entrenamiento de GPT-3 requería un consumo energético equivalente al de 126 hogares daneses durante un año, generando una huella de carbono comparable a la de un automóvil recorriendo 700 000 kilómetros.
No solo los algoritmos son culpables de este enorme consumo, sino también la infraestructura que los rodea, como los grandes centros de datos. La empresa Meta ha anunciado que construirá un hipercentro de datos en Castilla La Mancha. En una zona en peligro de sequía, esta infraestructura consumirá tanta agua cada 30 minutos como una persona en todo un año.
Actualmente nos enfrentamos a la paradoja de Jevons. A pesar de reconocer la IA como una herramienta crucial en la lucha contra el cambio climático, su creciente demanda podría contribuir significativamente al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es, por tanto, imprescindible que la IA trace caminos para mejorar la sostenibilidad de nuestro planeta. Este objetivo se refleja de manera destacada en España en la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, que busca proporcionar un marco para el desarrollo de una IA inclusiva, sostenible y centrada en la ciudadanía. En línea con uno de sus pilares, recientemente se ha lanzado el Programa Nacional de Algoritmos Verdes.
Los términos IA verde o algoritmos verdes abordan una perspectiva dual. Por un lado, se enfocan en el desarrollo de aplicaciones en diversos ámbitos y sectores que no solo impulsen la sostenibilidad, sino que también contribuyan a combatir el cambio climático (conocido como enfoque “green-by”).
Existen numerosos ejemplos en los que la IA ayuda a resolver problemas medioambientales, como el control y predicción de la demanda de agua, reducción del impacto ambiental de la agricultura, optimización del consumo energético de edificios y la mejora de rutas de transporte.
El segundo ámbito de actuación de los algoritmos verdes se centra en explorar vías para lograr algoritmos más escalables y sostenibles, con el objetivo de reducir la huella de CO₂ generada por los algoritmos existentes (enfoque “green-in”).
A pesar de que la IA verde es un concepto relativamente reciente, la urgencia de garantizar que la IA sea respetuosa con el medio ambiente se ha vuelto cada vez más evidente. Este planteamiento refleja la creciente conciencia sobre la necesidad de equilibrar el avance tecnológico con la sostenibilidad ambiental.
Quizás, en un futuro próximo, los sistemas de IA incluyan una etiqueta que certifique su eficiencia energética, proporcionándonos información clave para tomar decisiones informadas, de manera similar a como evaluamos la eficiencia energética de los electrodomésticos. En un mundo donde se estima que las tecnologías desempeñarán un papel esencial en el siglo XXI, cada esfuerzo individual cuenta.
Este enfoque hacia una IA verde no solo implica una transformación en la manera en que desarrollamos y utilizamos la tecnología, sino también un cambio cultural en la sociedad. Al promover la conciencia sobre la huella ambiental de la IA y fomentar la adopción de prácticas más sostenibles, podemos contribuir colectivamente a un futuro más equitativo y respetuoso con el medio ambiente.
La inteligencia artificial está impulsando importantes avances en todo tipo de ámbitos y sectores y en áreas como la I+D, la fabricación, la distribución o la comercialización. El de la sostenibilidad y la protección del medio ambiente no es una excepción: una nueva realidad que incluye campos como la gestión de la energía, la conservación de la biodiversidad y los océanos, la lucha contra el desperdicio alimenticio, o el monitoreo y prevención de los desastres meteorológicos y los fuegos forestales a través de alertas tempranas.
Laura Martín Tweet
La inteligencia artificial (IA) imita la forma en la que los seres humanos aprenden. Para ello, utiliza diferentes algoritmos anteriormente diseñados para ejecutar máquinas con las mismas capacidades que el ser humano para aprender por sí mismas. Ahora, el reto es unir IA –big data, machine learning…- y medio ambiente con el objetivo de proteger el entorno y, sobre todo, fomentar un crecimiento económico que no comprometa los recursos naturales del futuro.
Las soluciones basadas en la IA nos ayudan a fabricar de manera más eficiente, utilizar los recursos de forma más racional o a reducir y gestionar mejor los residuos que generamos, entre otros aspectos. Incluso está relacionada con la Agenda 2030, puesto que, según un estudio publicado en 2020 en la revista Nature, la inteligencia artificial puede facilitar el cumplimiento de cerca del 80% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A esto se suma el impulso a la economía circular, el desarrollo de las ciudades inteligentes o la mejora de la movilidad urbana y la reducción de su impacto ambiental.
Estas son algunas soluciones de inteligencia artificial que ayudan a cuidar el entorno:
Un ejemplo claro de la contribución de la IA a la sostenibilidad es su uso para la extinción de los incendios forestales, que asolan cada año grandes extensiones de tierra y toda la biodiversidad que habita en ellas. Por eso, su detección precoz y el hecho de poder calcular las probabilidades de que se produzcan reduce eficazmente el tiempo de reacción y facilita las labores de prevención y mantenimiento previas de las masas forestales. Grandes empresas como IBM ya han diseñado herramientas de este tipo que funcionan con un conjunto de cámaras HD y ordenadores para monitorizar el espacio a proteger. Se trata del proyecto Bee2FireDetection, desarrollado con Watson, la inteligencia artificial de la compañía, para calcular las probabilidades de que se produzca un incendio en cierta región, y, además, combatirlos de una manera más rápida y ágil. Si el incendio se produce, son capaces de calcular la velocidad y dirección de las llamas, proporcionando una información muy valiosa y detallada para bomberos y cuerpos de protección civil.
Y es que ya son varias las empresas y grupos de investigación que se basan en la inteligencia artificial para hacer un mejor uso de la teledetección y los datos de campo en la lucha contra los incendios forestales con tecnología de todo tipo: sensores en dispositivos IoT (Internet de las cosas, en español, que permite medir parámetros físicos o actuar remotamente y generar un ecosistema de servicios alrededor del mismo), que miden la temperatura, la humedad y la dirección y velocidad del viento, drones dotados de cámaras, o imágenes vía satélite capaces de detectar zonas de calor en grandes masas forestales.
Existe un gran número de fuentes de datos que, utilizados por algoritmos de IA, son capaces de crear modelos predictivos, realizar prevención o guiar a los efectivos de lucha contra incendios para optimizar su trabajo. Un pequeño ejemplo: este pasado verano, en Estados Unidos, un equipo de bomberos de California comenzó a testar un mecanismo de prevención de incendios impulsado por IA. El programa se llama AlertCalifornia, un sistema que registra lo que captan más de mil cámaras de video ubicadas en todo el estado. Ha sido desarrollada por ingenieros de la Universidad San Diego utilizando la tecnología de DigitalPath que aprovecha las cámaras instaladas por varias agencias y empresas de servicios públicos en todo el estado.
El sistema AlertCalifornia registra lo que captan cámaras de video ubicadas en todo el estado con el objetivo de prevenir incendios
“Es cien por cien aplicable en cualquier parte del mundo”, explica Suzann Leininger, experta en inteligencia de Cal Fire (San Diego County Fire Protection District), “especialmente ahora, que estamos experimentando incendios mucho más grandes y frecuentes por el cambio climático”. Por eso, los investigadores de la universidad pusieron sus informes a disposición de cualquier empresa o institución para que pueda aprovecharlos. “Les damos los datos porque este problema es más grande que todos nosotros”, señala Neal Driscoll, profesor de Geología de esta universidad y parte del equipo desarrollador. “Necesitamos usar la tecnología para ayudar a mover la aguja, aunque sea un poco”, recalca.
En otro ámbito de aplicación de la IA, un grupo de investigadores del instituto francés Mines-Telecom (IMT) está realizando previsiones sobre la influencia que el cambio climático tiene en los océanos, una investigación basada en la inteligencia artificial que permite elaborar distintos modelos en 3D para estudiar el comportamiento de los océanos a partir de datos de teledetección recogidos por satélite. El objetivo de estos científicos franceses es conocer el clima terrestre y cuál es el impacto que el cambio climático está teniendo en los océanos: corrientes, incremento de las concentraciones de CO2, etc.
La IA también puede ser una gran aliada para la detección de microplásticos del océano, unos residuos de los que, según datos del Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente (UNEP), se generan al año unos 300 millones de toneladas, el equivalente al peso de toda la población humana. Entre el 60% y el 80% de los residuos marinos son plástico, en su mayoría fragmentos menores a los cinco milímetros.
Su detección ahora es posible gracias a un equipo de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y la Universidad de Wageningen, que han desarrollado un nuevo modelo de inteligencia artificial que reconoce los plásticos flotantes en imágenes de satélite de los océanos con mucha más precisión que antes. Esta investigación fue publicada el pasado mes de noviembre en un artículo en iScience.
Las acumulaciones de desechos marinos son visibles en las imágenes del satélite Sentinel-2, de la Agencia Espacial Europea -disponibles gratuitamente-, que capturan áreas costeras cada dos a cinco días en todo el mundo en masas terrestres y áreas costeras. Debido a que estos equivalen a terabytes, los datos deben analizarse automáticamente a través de modelos de inteligencia artificial como redes neuronales profundas.
Un nuevo modelo de IA reconoce los plásticos flotantes en imágenes de satélite de los océanos con mucha más precisión que antes.
“Estos modelos aprenden de ejemplos proporcionados por oceanógrafos y especialistas en teledetección, quienes identificaron visualmente miles de casos de desechos marinos en imágenes de satélite en lugares de todo el mundo. De esta manera ‘entrenaron’ al modelo para que reconociera los desechos plásticos”, explica Marc Ruswurm, profesor asistente en la Universidad de Wageningen.
Además de una predicción más precisa de las acumulaciones de desechos marinos, este modelo también detecta desechos a través de imágenes de PlanetScope, a las que se puede acceder diariamente. PlanetScope es una constelación de satélites de observación terrestre operada por la empresa Planet Labs. Estos satélites, conocidos como Doves (palomas), están diseñados para capturar imágenes de alta resolución de la superficie de la Tierra. Su objetivo es ofrecer datos visuales actualizados diariamente que puedan ser utilizados para diversos fines, como la monitorización del medio ambiente, la agricultura, la cartografía y la respuesta ante emergencias, entre otros.
Los cultivos tampoco están exentos de sufrir los efectos del cambio climático: inundaciones, sequías, temperaturas extremas, etc. repercuten directamente en las cosechas, pero la inteligencia artificial está aportando grandes avances a nivel global en cuanto a su conservación, cuidado y predicción de la recolección. La IA también puede utilizarse para optimizar el uso de los recursos que se destinan a este sector: agua, pesticidas, energía, etc, para evitar o prevenir los peligros meteorológicos, identifica la mala nutrición de las plantas o evaluar la calidad del suelo para mejorar la producción.
Un buen ejemplo es el de la compañía Syngenta, con sede en Suiza y dedicada al desarrollo de tecnología agrícola basada en la ciencia, que en 2021 se alió con la empresa de inteligencia artificial Insilico Medicine para buscar soluciones de protección de cultivos y hacerlos más eficaces frente a enfermedades y plagas, al tiempo que se impulsa la protección del ecosistema.
Insilico Medicine utiliza su tecnología de IA, no solo para crear moléculas con mayor rapidez, sino también más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. En palabas de Alex Zhavoronkov, fundador y CEO de la compañía, “nuestra inteligencia artificial está diseñada desde cero para producir una química muy precisa que proteja la salud humana, al tiempo que garantiza la seguridad a corto y largo plazo”.
Por su parte, la empresa alemana Agvolution ha desarrollado un sistema de IA que utiliza datos de sensores solares para controlar el microclima alrededor de los cultivos. Sus dispositivos miden la temperatura, la radiación y la humedad del suelo en el campo y esos datos son utilizados por los algoritmos para hacer recomendaciones precisas sobre el estado de las plantas e indicar la cantidad exacta de agua y fertilizante que se debe utilizar.
Agvolution ha desarrollado un sistema de IA que utiliza datos de sensores para controlar el microclima alrededor de los cultivos y hacer recomendaciones sobre la cantidad exacta de agua y fertilizante que se debe utilizar. Foto: Agvolution.
Con el objetivo de atajar este problema nace Winnow Solutions, una plataforma inteligente desarrollada con IA por la startup Winnow Vision, y que está destinada a la hostelería para identificar y dar valor a la gran cantidad de desperdicios que se generan diariamente en este sector.
Con la automatización de los datos e imágenes, Winnow Solutions mejora el seguimiento específico de los desperdicios de alimentos situándose encima de las papeleras de los comercios de alimentación, de tal forma que cuando la comida se tira, el sistema toma y recopila la imagen del alimento reconociéndolo con un 80% de precisión, reduciendo así el error humano y ahorrando tiempo. Además, el sistema también es capaz de diferenciar elementos tan similares en aspecto que ni el ojo humano podría detectar mientras aprende a través de su uso. A medida que se recopilan imágenes, la máquina se acerca cada vez más a una automatización completa.
Asimismo, la inteligencia artificial es capaz de realizar un seguimiento preciso del inventario de los productos mediante algoritmos que tienen en cuenta toda aquella variable que afecta a las empresas, permitiendo así hacer un cálculo mucho más aproximado a la cantidad de excedentes correcta. Incluso algunos de esos algoritmos, como el desarrollado por Afresh Technologies, tienen en cuenta también elementos intangibles como el clima o la frescura de los productos, lo que hace posible una predicción de demanda que ayuda a las compañías de distribución de alimentos a ajustar su oferta de forma mucho más eficiente.
Por: Bloomberg — Apple (AAPL)
Apple ha anunciado este año una vertiginosa gama de productos, aunque ninguno tan importante para su negocio como el iPhone 15. A primera vista, el último iPhone de Apple parece haber dado en el clavo desde el punto de vista de la sostenibilidad.
La huella de carbono del iPhone 15 Pro se ha reducido casi un 30% en comparación con el valor de referencia definido por la empresa (aunque ha aumentado un 1% respecto al iPhone 14 Pro), y Apple ha eliminado en gran medida los envases de plástico. También hay una amplia gama de materiales 100% reciclados en el teléfono, desde la lámina de cobre de su cargador inductivo y el oro de su conector USB-C hasta el cobalto de su batería, todas ellas primicias para el gigante tecnológico de Silicon Valley.
Los avances de Apple en el uso de materiales reciclados son notables, dado que la minería suele generar conflictos y degradación ecológica. Pero a ojos de algunos expertos en sostenibilidad, también es una pista falsa que ha desviado la atención pública de un problema mayor.
“En realidad, el reciclaje es una distracción”, afirma Gary Cook, director de campañas mundiales sobre el clima de la ONG medioambiental Stand.earth. Cuando se trata de reducir el impacto climático, “reparar es mucho más importante”, afirma Cook.
Los datos de Apple muestran que aproximadamente el 80 por ciento de las emisiones de carbono de todo el ciclo de vida de un iPhone 15 Pro corresponden a su producción. Esto significa que cuanto más tiempo conserven los consumidores su dispositivo, más emisiones ayudarán a evitar.
“El peor reciclaje es mejor que la mejor minería, pero eso no significa que reciclar sea lo más ecológico”, afirma Josh Lepawsky, profesor especializado en residuos electrónicos de la Universidad Memorial de Terranova.
Extraer cobre, oro y otros minerales de los terminales retirados y fabricar otros nuevos requiere energía. “Lo que presentan como un círculo cerrado en realidad no lo es”, afirma Lepawsky.
Esto es especialmente preocupante para una empresa del tamaño de Apple. El año pasado, el gigante tecnológico vendió casi 225 millones de iPhones en todo el mundo. Aunque un iPhone 15 Pro genera 66 kilogramos de dióxido de carbono durante su vida útil -el equivalente a ir en coche de Washington DC a Filadelfia-, si se aplica a todos los teléfonos inteligentes que Apple envió en 2022, las emisiones ascienden a unos 15 millones de toneladas métricas. Eso es aproximadamente cuatro veces más que las emisiones anuales de los edificios de Washington DC.
“Es ingenuo pensar que cualquier producto informático es realmente sostenible”, afirma Andreas Nobell, director de TCO Development, un instituto sueco que certifica la electrónica ecológica. “Sólo habrá distintos grados de sostenibilidad”.
En lugar de comprar un nuevo teléfono fabricado con materiales reciclados, Nobell afirma que los consumidores harían un mejor trabajo protegiendo el planeta -así como su propio bolsillo- si siguieran utilizando su teléfono actual.
Un portavoz de Apple dijo que la empresa está dando prioridad a la longevidad, lo que incluye hacer que sus teléfonos sean más duraderos y garantizar que las actualizaciones de software funcionen en los dispositivos más antiguos. Los recientes cambios de hardware también incluyen el rediseño del iPhone 15 Pro para que el vidrio trasero se pueda reemplazar por sí solo, lo que ahorrará a los usuarios más de US$300 en comparación con la línea iPhone 14 Pro.
“Con miles de puntos de servicio autorizados, también ofrecemos a los talleres de reparación independientes acceso a las piezas, herramientas y manuales de Apple”, afirma un portavoz de Apple. “El año pasado, fuimos el primer gran fabricante en lanzar un programa de reparación de autoservicio, y somos los primeros en respaldar la regulación de reparación estatal y federal para garantizar la coherencia, la seguridad y la privacidad del cliente.”
Pero Kyle Wiens, que dirige el grupo de defensa y negocio de reparaciones electrónicas iFixit, culpa a Apple de utilizar software para “bloquear la mayoría de las reparaciones [independientes]”.
El emparejamiento de piezas -es decir, cuando un determinado componente se empareja con un teléfono concreto mediante software- ha socavado la reparabilidad de los iPhones y la credibilidad medioambiental de Apple, afirma Wiens. Su equipo desmontó recientemente dos iPhone 15 Pro Max e intercambió componentes de los dispositivos. Lo que sucedió después, los probadores de iFixit encontraron, fue una ola de advertencias de Apple que decían “No se puede determinar si la pantalla de su iPhone es una pieza original de Apple”.
Por: Microsoft – Prensa
Satish Thomas, vicepresidente corporativo de Microsoft Industry Clouds
A medida que la sostenibilidad avanza globalmente, las organizaciones necesitan soluciones tangibles y transformadoras que les ayuden a ir más deprisa. La mayoría de las organizaciones no han progresado tanto como desearían. Aunque el 85% de los directivos afirma que la sostenibilidad es una cuestión de importancia estratégica para sus empresas, solo el 16% la ha integrado en sus planes de negocio.
Hoy, presentamos nuevas soluciones de datos e IA en Microsoft Cloud for Sustainability que proporcionan las capacidades necesarias para que las organizaciones cojan velocidad en su viaje hacia la sostenibilidad. Entre ellas, se incluyen análisis de datos y perspectivas sobre criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) más rápidas, un asistente de IA para ayudar a acelerar la toma de decisiones y la creación de informes útiles, así como otras capacidades avanzadas, todas ellas diseñadas para hacer que las organizaciones impulsen el cambio con mayor rapidez.
En mayo de 2023, presentamos Microsoft Fabric, una plataforma SaaS de análisis end-to-end que reúne todos los datos empresariales de una organización, incluidos los datos de los criterios ESG a los que la empresa puede no haber tenido acceso antes. Con Microsoft Fabric, los equipos pueden conectarse a los datos desde cualquier lugar, descubrir información utilizando herramientas de análisis basadas en IA en una experiencia unificada e integrar esa información en las aplicaciones que los empleados usan a diario para actuar y mejorar la toma de decisiones.
Actualmente en versión preview, las soluciones de datos de sostenibilidad en Microsoft Fabric permiten a las organizaciones agilizar la obtención de información y avanzar en materia de sostenibilidad, proporcionando un modelo de datos ESG, conectores e informes listos para usar. Al integrar los datos de ESG con Microsoft Fabric, es posible convertir grandes volúmenes de datos de sostenibilidad en conclusiones y avances significativos.
Con los datos gestionados de forma centralizada y con Copilot en Microsoft Sustainability Manager -ahora en versión preview-, las organizaciones pueden aprovechar el potencial de la IA generativa y las consultas en lenguaje natural para obtener una visión más rápida de los datos, así como respuestas a partir de ellos. Las organizaciones pueden hacer preguntas a Copilot, y este actuará en Microsoft Sustainability Manager para:
Con las perspectivas inteligentes en Microsoft Sustainability Manager, también en versión preview, las organizaciones obtienen un modelo de IA integrado e interactivo que permite un análisis más profundo de los datos calculados sobre emisiones. Con él, pueden:
Södra, la mayor asociación de propietarios forestales de Suecia -con 52.000 propietarios de bosques gestionados de forma responsable-, procesa materias primas sostenibles procedentes de los bosques de sus miembros para convertirlas en productos renovables. Gracias al uso de Microsoft Sustainability Manager con nuevas funciones de IA, Södra ha mejorado sus prácticas de sostenibilidad, como la elaboración de informes mediante flujos automatizados, que facilitan a los empleados recopilar información detallada de manera más sencilla.
«Con las capacidades de IA de Microsoft Sustainability Manager, podemos ser más productivos, que es nuestro objetivo final», explica Cristian Brolin, Chief Digital Officer de Södra. «Copilot nos pareció muy fácil de usar y mi visión y ambición es que esto ayude a acelerar nuestra forma de trabajar. Estamos entusiasmados por ver cómo esta solución ayuda a impulsar nuestro progreso en sostenibilidad.»
Para la mayoría de las organizaciones, las actividades de los proveedores pueden representar entre el 80 y el 90% de su huella de emisiones. Controlar estos datos es fundamental para cumplir los objetivos de reducción y los requisitos de generación de informes.
La solución de cadena de valor ESG en Microsoft Sustainability Manager, ya disponible de forma general, permite a las organizaciones simplificar la recopilación de datos y proporciona un proceso sencillo y más seguro para los proveedores. Las organizaciones pueden ejecutar análisis avanzados sobre los datos de la cadena de valor ESG en un solo lugar y encontrar oportunidades de reducción de emisiones dentro de su cadena de valor.
En Microsoft, el equipo de compras ha comprobado que extraer los datos de informes, hojas de cálculo y sistemas aislados e integrarlos en un único conjunto de datos, y compartir lo aprendido con los demás, es fundamental para avanzar tanto en nuestro propio progreso como en el de terceros. Mediante una recopilación y gestión de datos más automatizada, como la solución de la cadena de valor ESG, no sólo podemos compartir datos más fácilmente, sino también responder con mayor agilidad a los cambiantes requisitos normativos.
Según un estudio de Naciones Unidas y Accenture, el 98% de los directores ejecutivos consideran que la sostenibilidad es un elemento esencial de su labor, y dos de cada tres están haciendo partnerships y tomando medidas en materia de sostenibilidad. Muchos también están convirtiendo estas acciones en nuevos modelos de negocio y crecimiento.
El estadio Allegiant, sede de los Raiders de Las Vegas, utiliza Microsoft Sustainability Manager para dar soporte a unas instalaciones de última generación y energéticamente eficientes, que albergaron la Super Bowl de 2024. Allegiant, que obtuvo la certificación LEED Gold, se alimenta al 100 % de energía renovable procedente de parques solares locales y cuenta con soluciones de Microsoft para ayudar a organizar los datos con el fin de fundamentar las decisiones sobre la utilización de los recursos.
Microsoft Cloud for Sustainability está diseñada para que los partners, incluidos los expertos que trabajan en áreas en las que la sostenibilidad y la IA se cruzan, puedan ampliarla. Por ejemplo, el copiloto para ESG de Avanade elimina la problemática de los informes de cumplimiento normativo, generando informes listos para la auditoría con arreglo a marcos ESG existentes y nuevos.
Estamos orgullosos de contar con un ecosistema mundial creciente de partners de soluciones de sostenibilidad, asesoramiento y ejecución, que trabajan estrechamente con Microsoft para crear y desplegar capacidades que puedan hacer frente a los retos de la sostenibilidad que son amplios, polifacéticos y complejos.
El cruce entre la sostenibilidad y la IA ofrece enormes posibilidades para que cualquier organización reoriente su negocio en torno a la transformación de las operaciones, la reinvención de las marcas y la exploración de nuevas oportunidades empresariales. La IA de Microsoft aprovecha este potencial y las necesidades de nuestros clientes con un enfoque responsable de la Inteligencia Artificial basado en una evaluación, verificación y validación rigurosas.
Utilizando el potencial de los datos y la IA, el progreso de la sostenibilidad no solo es posible, sino también palpable. Las organizaciones pueden ganar eficiencia y precisión en la toma de decisiones y la elaboración de informes, así como contar con nuevas formas de operar y hacer crecer el negocio, en un apasionante camino compartido hacia un futuro transformador.
A través de la Inteligencia Artificial, la automatización de procesos o el análisis de datos a gran escala, las empresas ahora tienen la capacidad de desarrollar estrategias de negocio, escalar operaciones o crear nuevos productos de manera más ágil.
Sin embargo, otros aspectos están cobrando cada vez más relevancia para las compañías, impulsados también por la tecnología. Uno de los más importantes son las estrategias de sostenibilidad, centradas en mejorar la relación de las organizaciones con el medio ambiente, los recursos y las comunidades de interés de las empresas.
El Canadian College of Technology and Business define la tecnología sostenible como “las innovaciones y desarrollos tecnológicos que ayudan a minimizar el impacto medioambiental y a evitar el agotamiento de los recursos”. Esto incluye ejemplos como vehículos eléctricos, energía solar, ciudades inteligentes o biocombustibles.
Gartner, una de las principales firmas de investigación y consultoría del mundo, proyecta que para 2025, el 50% de los CIO contarán con indicadores de rendimiento vinculados a la sostenibilidad del Departamento de Tecnología de la Información (TI). Sin embargo, la noción de tecnología sostenible va más allá de las operaciones internas de TI. Se trata de aprovechar las soluciones digitales para impulsar resultados ambientales, sociales y de gobernanza, tanto para la empresa como para sus clientes.
La tecnología sostenible muestra resultados significativos al contribuir al ahorro de recursos renovables, como la energía, al optimizar el uso de materiales necesarios para la fabricación de productos. Sin embargo, su alcance va mucho más allá.
En su búsqueda de un mundo más verde y equitativo, organizaciones como SAP han liderado el desarrollo de soluciones empresariales con una visión de futuro de cero emisiones, cero desperdicio y cero desigualdades. Este enfoque no solo responde a una responsabilidad corporativa, sino que también impulsa la innovación, generando un impacto positivo en la economía, la sociedad y el medio ambiente.
Según el mismo documento de Gartner mencionado anteriormente, el impacto de la tecnología sostenible se evidencia en tres áreas operativas dentro de las organizaciones. Comenzando por las operaciones de TI internas, donde se aplica tecnología para seleccionar herramientas, hardware y proveedores adecuados para maximizar el rendimiento con recursos mínimos. Ejemplos de soluciones incluyen la administración responsable de activos de TI y la externalización de operaciones hacia proveedores sostenibles, como la nube a hiperescala.
Además, en las operaciones internas de las empresas, la tecnología sostenible permite adoptar prácticas comerciales responsables y modelos de negocio innovadores. Desde la adopción de energías renovables, hasta la implementación de sistemas de gestión de residuos. Con esto, pueden reducir su huella ambiental y mejorar su desempeño financiero.
Finalmente, el impacto se refleja también en las operaciones de los clientes, donde las organizaciones pueden traducir los beneficios de la tecnología sostenible a sus productos o servicios, creando valor compartido para todos los involucrados.
En resumen, la tecnología sostenible no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad para que las empresas lideren el cambio hacia un futuro más próspero. Con una visión holística y acciones concretas, las compañías pueden impulsar la innovación, mejorar su reputación y contribuir positivamente al mundo en el que operan.
La relación entre la tecnología y el medio ambiente es sin duda bastante compleja, ya que, dependiendo del uso que se le dé a la misma puede producir daños o beneficiar a nuestro maltrecho planeta.
Como es sabido, el grado de contaminación está ligado a una seria de factores como el crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo industrial y la utilización de los recursos naturales, entre otros. Los cambios en la forma: cómo vivimos, el crecimiento poblacional, el exceso del gasto energético, la constante necesidad de producir más alimentos y más bienes de consumo, son factores que llevaron a grandes avances tecnológicos. En nuestro día a día, la mayoría de las actividades que realizamos contaminan (acústica, lumínica o atmosféricamente), por lo que avanzar hacia una nueva cultura resulta imprescindible.
Los avances en la tecnología no solo afectan negativamente al ambiente, sino que también puede contribuir a su mejora, y si se utiliza de una buena forma puede ser una herramienta importantísima para la conservación del planeta. En el último tiempo, las industrias han logrado avances impresionantes en el uso de la tecnología para ayudar a proteger el medio ambiente, logrando desempeñar un papel importante en la gestión de los problemas ambientales globales. Las nuevas tecnologías están ayudando a reducir la contaminación, restaurar los ecosistemas y proteger las especies en peligro de extinción.
Ejemplo de todo esto son los drones, que ayudan a detectar la tala ilegal o la caza en áreas protegidas. También destaca la inteligencia artificial (IA) que se puede utilizar para analizar imágenes satelitales y detectar cambios en la tierra o en la calidad del agua. Con el uso adecuado de la tecnología, podemos crear un ambiente más saludable para las futuras generaciones, sin dejar de disfrutar de las comodidades modernas.
La tecnología puede ayudar a reducir los cambios del efecto invernadero al generar menos emisiones de dióxido de carbono por el uso de energía que depende de fuentes renovables como la energía solar o la eólica. Al asegurarnos de que la tecnología se use de forma ética y con responsabilidad estaremos garantizando un entorno más seguro para nosotros y para el futuro.
Como ya dijimos anteriormente, los avances tecnológicos nos han permitido acceder a más recursos y mejorar nuestra calidad de vida. Por otro lado, también han provocado la degradación ambiental debido a la contaminación, el consumo excesivo de recursos y el cambio climático.
Hace relativamente poco surgió un nuevo concepto: las tecnologías verdes, que se han vuelto cada vez más importantes en nuestras vidas por su rápido crecimiento y sobre todo por la revolución que conllevan en la forma en que interactuamos con el medio ambiente.
El objetivo de estas tecnologías verdes es brinda soluciones sostenibles ante problemas específicos y generales. Con un enfoque en la naturaleza, son de gran ayuda en la transición hacia un futuro más sostenible, brindando la capacidad para reducir el consumo de combustibles fósiles, y promoviendo una calidad de agua y aire más limpios.
Las tecnologías verdes son cada vez más importantes en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental, pero cuentan con muchas barreras como el costo de implementación, la falta de infraestructura y el acceso limitado a los recursos. También se requiere un cambio de mentalidad entre las personas y las empresas, que suponga invertir en fuentes de energía renovable para reducir su huella de carbono y alternativas para reducir la producción de desechos.
Todos podemos participar en este cambio de paradigma tomando diferentes medidas como educarnos y capacitarnos en la materia, o alentando y apoyando las iniciativas relacionadas con la implementación de estas tecnologías.
Un área en la que todos podemos colaborar es la relacionada con la gestión de residuos. Por su parte, la IA puede mejorar la gestión de residuos mediante la clasificación y optimización de la recolección y el reciclaje. También puede ayudar a diseñar productos y materiales que sean más fáciles de reciclar o que tengan un menor impacto ambiental.
Otros sectores en el que podemos colaborar (todos, incluso las empresas) son la reutilización y la donación de aparatos electrónicos viejos. Ya que cada año se producen alrededor de 50 millones de toneladas de desechos eléctricos y electrónicos.
Gestionar y reducir el consumo de energía lleva a una transformación digital que ya se está poniendo en práctica en muchas empresas, adaptado las formas de trabajar. Uno de los principales ejemplos es la digitalización de los procesos internos, que permite un flujo de trabajo más eficiente y reduce el consumo de papel.
La tecnología puede convertirse en una de las herramientas más importantes para protección del ambiente. Los avances permiten mayor conocimiento, tanto técnico como científico, sobre recursos naturales. Debemos movernos hacía un desarrollo sostenible. Está en nuestras manos accionar, educarnos y concienciarnos de la importancia de cuidar el medio ambiente y del rol que tenemos con el planeta.
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